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El proceso de descafeinización para obtener el café descafeinado tiene mucho que ver como es el resultado final del sabor de la taza.

Sobre si la cafeína es peligrosa o adictiva, todo dependerá de los términos donde se exponga y los resultados de cada estudio realizado en cada momento e institución. Un dato que se está dando estos últimos años es el aumento del consumo del café descafeinado, motivado por diferentes aspectos pero, sin duda, uno de los más relevantes es la mejora de los procesos para eliminar la cafeína y las calidades utilizadas para ello.

Tradicionalmente, se utilizaban cafés robustas, ya que al quitarle la cafeína su aspecto y sabor de la taza tiene más presencia que hacerlo con un café arábica. Otro aspecto es que los cafés robusta contienen más cafeína y al eliminarla se podía vender a un precio muy interesante a las multinacionales de refrescos y farmacéuticas.

Hoy en día se utilizan mejores cafés para conseguir un buen sabor y cuerpo intenso, ya que su consumo ha crecido mucho y se quiere cuidar a este potencial cliente que está dispuesto a pagar más por un buen descafeinado.

Pero todos los métodos modernos de descafeinización comienzan de la misma manera. Se humedecen los granos verdes de café, lo que hace que la cafeína sea soluble, y luego se la extrae. Simplemente se utilizan técnicas diferentes para eliminar la cafeína. El café descafeinado ha recorrido un largo camino y el proceso Swiss Water hace un buen trabajo en dejar un grano similar a aquél con el que empezaste. El problema reside en el hecho de que algunas personas utilizan granos verdes de calidad más baja para sus descafeinados.

¿Queda algo de cafeína en los descafeinados? Si, siempre queda una pequeña cantidad permitida que dependerá de nuestra sensibilidad y organismo.