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Se puede definir un café espresso como la infusión de café rica en aroma y sabor, densa, de color oscuro y con una uniforme capa de crema de color avellana en la parte superior.

Se obtiene de la extracción de una cantidad de café molido fino con un volumen de agua a temperatura y presión durante un tiempo fijo. Los 30ml de esta bebida son la base de todo lo que puedes disfrutar de los diferentes cafés que nos encontramos en hostelería.

Para que sea un espresso de calidad deberíamos tener en cuenta los siguientes pasos:

  1. Usar cafés recién tostados de cosechas recientes y que no hayan sido expuestos a la luz, oxígeno y humedad.
  2. En función si tienes que hacer uno o dos cafés espressos, necesitarás suficiente café molido (entre 7-9 gr un café y 16-18 gr dos cafés) y que la máquina esté funcionando con 8 bar de presión y el agua pase a 92º durante un periodo aproximado de 25 segundos.
  3. Prensar el café de manera firme con el prensador fijo del molino o con un tamper realizando una presión de 15kg. Elimina los restos de café de portafiltro y comprobar si toda la superficie está lisa para que el paso del agua sea uniforme por toda la pastilla. Este paso es una de las variables más importantes para conseguir un buen espresso.
  4. Fija el porta en el grupo y comienza la extracción inmediatamente, pasarán algunos segundos hasta que fluya el café (pre-infusión) y observarás una caída constante enforma de ‘cola de ratón’.
  5. Entre 20 y 30 segundos tendrás un espresso perfecto con al menos 5mm de crema en la parte superior.

El resultado debería ser una bebida concentrada, no amarga con una sensación en boca equilibrada destacando los sabores cítricos, afrutados, herbales…

A partir de esta popular bebida se puede preparar una carta de cafés: cortado (macchiato), café con leche (caffé latte), capuccino, americano (long black), mocha, aromatizado, frappé…

Chema Medrano ~ Sales Manager de Cafés La Brasileña