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Los principales enemigos de un buen café son oxígeno, la luz y la humedad.

Estos tres elementos hacen que el grano se deteriore y pierda sus cualidades. Os queremos dar algunos consejos para combatirlos:

  1. Comprar preferiblemente café en grano. Al conservar su estado natural, tiene menos exposición al aire, no se oxida tan rápido y conserva mejor su aroma y sabor.
  2. Conservar el café en grano hasta poco antes de consumirlo y moler solo la cantidad necesaria.
  3. El café no es necesario guardarlo en la nevera, los envases en los que lo vendemos hacen barrera y se conserva perfectamente.  No obstante, si aún así deseas guardarlo en el frigorífico, te recomendamos hacerlo siempre en un recipiente hermético y opaco para evitar la contaminación de olores y su oxidación.
  4. Un paquete de café en grano bien cerrado dura perfectamente 6 meses, una vez abierto recomendamos guardarlo con la mínima cantidad de oxígeno posible y consumirlo antes de un mes.
  5. Moler el café poco antes de tomarlo es la mejor forma de potenciar su aroma y sus componentes.
  6. El café molido tiene más contacto con el aire y por eso está expuesto a oxidarse y humedecerse más rápido.
  7. El café es como una esponja: absorbe olores y sabores de todo lo que le rodea y en especial de los aparatos que sirven para prepararlos, si no son limpiados correctamente.
  8. Nunca lavar con jabón las parte de las cafeteras que estén en contacto con el café.
  9. Prepare sólo la cantidad de café que va a consumir.

¡Tomad nota y conservad correctamente el café en vuestro hogar!