La calificación del café

El café verde se clasifica basándose en diferentes parámetros: El origen (País productor, región, puerto de embarque), el número de defectos o impurezas, la especie botánica (arábica y robusta), el método de elaboración (lavado, semi lavado, no lavado o natural), el año de la cosecha, la forma y el grosor del grano (criba), el color (el mejor, el verde azulado… el peor, el amarillo con tendencia al marrón) y las características organolépticas (sensaciones visuales, olfativas, gustativas…).

Una vez seleccionado y clasificado el producto, es necesario almacenarlo de manera que se garantice una buena conservación (menos tiempo de almacenamiento significa un conservación mejor de la calidad).

En función del tipo de país podemos tener una terminología diferente para conocer las diferentes calidades de un café. Generalmente se utilizan los números pares para los robustas. Peaberry (caracolillo) se usa cuando solo hay una semilla dentro del grano en vez de dos y su forma es redondeada. Lo importante es tener unos granos uniformes a la hora de tostar ya que si tenemos diferentes tamaños unos se tostarán más que otros resultando un café irregular en su aspecto y en su sabor final.

Las calificaciones pueden ser las que nos encontramos en Colombia donde hay dos tipos; Supremo y Excelso y donde además, se le añade la información numérica 14,16,18 para enfatizar la calidad del café vendido. En centro américa se refieren a una calidad superior y su apoyo numérico. En África se utilizan las letras: AA,AB,A de mayor a menor calidad. Esta información además de los diferentes procesos que se ha sometido a los granos de café una vez recolectados nos dan una referencia internacional muy importante de la calidad y precio que nos vamos a encontrar.

Chema Medrano – Sales Manager de Cafés La Brasileña